
SUSURROS DESDE LA BISELLIA
Un lugar de encuentro para nuestros pensamientos.
cabecera

"ESE RECUERDO YA NADIE TE LO PUEDE QUITAR"

"ASCENSIÓN Y CAÍDA DE MÓNICA SELES"

"PECERAS"

En esta ocasión y arropados por Fran Arráez e Iván Ugalde somos invitados a una fiesta privada de la cual es imposible salir indemne. Siendo sincero y para que luego no digan que siempre estamos alabando lo bueno y si no obviando, si intentado pasar de puntillas junto a lo malo, que no consiguieron convencerme del todo con sus actuaciones. Oía una vocecilla interna a lo largo de toda la obra que me repetía: “Falta algo”, ”Les falta algo”. Eso y que todavía me duraba el buen sabor de boca que me habían dejado los dos después de haberles visto, no hacía mucho tiempo, en otra joya de Carlos Be: “Elepé”. Afortunadamente remontan bastante en la segunda parte, aunque aquí jugaban con un factor en contra: Eran eclipsados totalmente por la figura hipnótica de ella, de Carmen Mayordomo. Perdón, de CARMEN MAYORDOMO. Allí estaba esperándonos como la mejor de las anfitrionas, sonrisa deslumbrante y naturaleza muerta en sus manos. Afilada en los bordes hasta el extremo y adoptando pose de junco acerado dispuesta a resistir cualquier embestida del destino. Agasajándonos con su timbre cálido y envolvente que anestesiaba cualquier atisbo de la tormenta que en pocos minutos se nos vino encima.
"CONSTELACIONES"

Con
técnica de mosaico, repetitiva pero siempre distinta, se añaden teselas a un
núcleo multiforme, se tallan facetas en el cristal limpio para, tras la sedimentación
vital, seguir observándolo todo a través de la lente implacable del teatro. Es
una historia cuyos límites se expanden de lo particular a lo universal y, como
en las bóvedas de abanico, hay tantas nervaduras como opciones existenciales.
"SOTANO"

De
nuevo La Pensión de las Pulgas nos
invita a recorrer sus tripas estructurales en un tour que huele a humedad,
sombra y secretos. Nada nos espanta ya, pero nos sigue sobrecogiendo la habilidad
para descubrir, nombrar, identificar y asumir nuestros propios fantasmas. El
descenso siempre ha tenido connotaciones negativas en la tradición cultural de occidente,
desde Dante hasta Blake, desde Mena hasta Gounod.
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